- HACETE CARGO DE TU VIDA!- Le gritaron con los ojos llenos de lágrimas. Un grito de esos que nos desgarra la garganta.
Había mucha angustia contenida en esas palabras, una inmensa necesidad de sincerarse. Eso provocó alivio, pero quien lo decia, sabia que había esperado demasiado.

Ese grito ensordecedor la dejo paralizada...
Dolores de panza, bronca, enojos, incomprensiones, miedos, mentiras, otros deseos, otros amores, otros placeres.
Mucho tiempo estuvo perdida, durante mucho tiempo esa frase le retumbo en la cabeza sin dejarla pensar, sin dejarla avanzar, sin saber como hacer para hacerse cargo de su vida.

¿Como iba a hacer ella para volver a sentirse ella?
Sin poder evitarlo se sentía atada a algo que no era (atada porque ella no podía soltarse, no podía aceptar/entender que ya la habían soltado).

Hace tiempo anda suelta, sin querer atarse (aunque le cuesta lograrlo), floreciendo, sintiendo, viviendo, riendo, amando, volviendo a SER.

Sin que ese grito la persiga. Esta vez aprendiendo de él.

ella sentada,
espera...
sabe cuánto dolor puede causar,
pero se relame...