domingo, 20 de diciembre de 2009

una escena

Angeles entra caminando a su casa, cantando...

No hay que dormir,
ni descansar,
no se debe bostezar,
si la luna despierta esta,
los ojitos no hay que cerrar.

(mira hacia un rincóm y habla con ella cuando era chica)

- ¿Te acordas cuando cantabamos? Yo me acuerdo que a vos te gustaba mucho bailar. ¡Como nos olvidabamos de todo!
¿Te acordas ese dia que volvimos de la escuela?, ellas se fueron a cantar como siempre, pero vos no, justo te llamó ÉL (mira por un instante hacia donde podria estar ÉL. Vuelve la mirada a donde esta ella de chica), dijo que quería enseñarte algo.

Reacciona ante esa sensación de tenerlo cerca, se pone mal, se angustia, el cuerpo demuestra todo su rechazo. Quiere que se vaya, no quiere que la toque, no quiere que la mire. Le da asco su olor, sus manos, su voz, su mirada. Pero no puede reaccionar.

Se da cuenta que ellas siguen cantando.
- Ya no quiero escucharlas (no soporta más ningún sonido) ¡CALLENSE! (Didigiendose a donde estan ellas).

Volviendo la mirada a ella de chica...

- Me acuerdo del día que hablaste con ELLA, que te animaste a contárselo, pero ELLA te dijo que no podía ser, que no podías decír esas cosas de ÉL, que ÉL siempre nos había dado todo. Te dijo que tenias que ser una chica buena porque sino nadie te iba a querer, que te olvidaras de eso y dejes de decir pavadas, te dijo que te calles (llevando la vista hacia sus pies)... y ME CALLÉ.

Vuelve a tararear la canción del principio (esa canción le gusta), pero canta solo la última frase:

los ojitos debes abrir.

- Tuviste que hacerte un aborto a los 15 años, pero esa vez ya no volviste, lograste irte. ¿Qué más ibas a perder, si ya te habian robado todo?

- Ahora estas en mí (bajando la mirada a su pecho, colocando sus manos en él). Aprendí a cuidarte. ÉL te llevó esa vez, pero ahora yo te llevo conmigo.


Mirando a donde está ÉL

- Porque ahora estoy acá, y no voy a dejar que nadie la lastime. YA NO ME CALLO MAS ¡¿ESCUCHASTE?!. YO la voy a cuidar, ahora la puedo cuidar.

Se sienta con la mirada perdida, hasta que aparece Clara que escucho sus gritos. Se deja acariciar, Clara la alivia.